miércoles, 20 de agosto de 2008

Lamentable Crueldad.

http://es.youtube.com/watch?v=F7jfiQDymXk&feature=related

Lamentable. Sencillamente lamentable. Me cruzé con este video por casualidad, y se me cayó el mundo a los pies.

Por un lado pienso que mi perro, el que he criado, el que he mantenido, está dando vueltas por delante de mi propia casa, en ese estado, y no hago nada.

Por otro lado, por la gente que mira a otro lado, y no hace nada.

No puedo evitar preguntarme que clase de mundo estamos construyendo, ya no por los animales, si no por todo. Un mundo en el que la gente mira constantemente a otro lado, nos preocupamos por cosas vanales, y nadie hace nada.

Al menos aún existen personas como estas:

http://es.youtube.com/watch?v=YlJqMHlyJnw&feature=related

Para los que no sabeis ingles. El caso es que el perro estaba encerrado en el coche, con el calor, y estaba deshidratado. El hombre en cuestión rompió la ventanilla y sacó al perro. Al dueño le han puesto una pena de 200,000 dolares, y 6 meses de carcel.

Mi solución. Licencias de manutención de animales, como las de conducir. Si se nos piden unos requisitos mínimos de madurez, y habilidad, antes de poner las manos sobre un vehículo, por que no antes de adquirir una mascota?
No todos estamos preparados para ello. No todos podemos darles unas condiciones adecuadas. Y no todas las personas son conscientes de que los animales sufren, y esas son las que menos deberían tener animales.

viernes, 15 de agosto de 2008

Miedo a la Libertad.

Me pareció un artículo estupendo, por lo que he decidido ponerlo en mi blog para que la gente lo lea y opine. Mérito de Pablo Molina, y Libertad Digital.
http://www.libertaddigital.com/opinion/pablo-molina/miedo-a-la-libertad-44910/

Una organización sindical francesa muy poco representativa, como todas en cualquier país civilizado, ha ideado una campaña publicitaria para captar adeptos, digo afiliados, en uno de cuyos videos se puede ver a una parturienta negándose a dar a luz porque no quiere traer al mundo a un becario.

Claro, ella quiere traer un funcionario con sueldo fijo (a poder ser bien alto) desde los dieciocho hasta los sesenta años en que acceda a la jubilación anticipada. Toda una vida enganchado a la ubre estatal como un mamoncete es el futuro ideal que este sindicato sueña para cualquier francés que viene al mundo.

Huelga decir que si todos los franceses pensaran como sus líderes sindicales el país galo sería como Cuba o Corea del Norte, donde todo el mundo vive del Estado, y lo de "vivir" es un eufemismo, como demuestra el nivel de vida de la población que disfruta de las mieles del paraíso socialista.

Nada que criticar por tanto a esta campaña de un sindicato francés, que sin duda hará morirse de envidia a nuestros sindicalistas por no habérsele ocurrido antes a ellos. La cultureta socialdemócrata ha conseguido socavar de tal forma los valores esenciales de una sociedad libre que lo que antes se consideraba normal y hasta necesario (pasar unos primeros años de formación en trabajos poco remunerados, sobre todo si no se tiene la adecuada cualificación académica, para ir subiendo posiciones en la escala profesional de acuerdo a la propia valía), ahora es considerado una tragedia.

Los nenes de hoy en día quieren vegetar durante veinticinco años, estudiando poco y pasando cursos por decreto, y al día siguiente de licenciarse exigen una vivienda "digna" y un puesto de trabajo indefinido con un buen sueldo cerca de la casa de mamá para que les lave la ropita y les cocine el potaje diario. Y en lugar de sacarles de su error y decirles que la vida es una constante tarea de superación personal y de sacrificio, los políticos y los medios de comunicación, auxiliados en la banda por los sindicatos, les dan la razón y afirman que el hecho de que un chaval comience su carrera profesional cobrando un salario mínimo es una injusticia por la que todos los demás debemos pagar.

Cuando en los ochenta salías de casa a las seis de la mañana, te montabas en un coche de decimocuarta mano y te metías dos horas de carretera infernal para llegar a tiempo al curro, no pensabas que alguien estaba cometiendo un crimen social contigo. Al contrario, te sentías afortunado de hacer encontrado un trabajo fuera del campo. Tal vez fuera porque entonces los padres no educaban a sus hijos como unos resentidos sociales que debían exigir a los demás la satisfacción de sus necesidades. Al contrario, con su ejemplo enseñaban que a trvés del talento, la disciplina y mucho esfuerzo, un hombre es capaz de alcanzar todas sus aspiraciones. No había ningún mérito adicional en ello. Es la vida, y lo único que hacías era enfrentarte a ella con agallas y optimismo.

Si muchos de los grandes empresarios actuales, en lugar de aceptar trabajos poco remunerados con dieciséis años, se hubieran limitado a exigir "una vivienda digna" y un sueldo acojonante, o se hubieran hecho liberados sindicales, probablemente se habrían jubilado como supervisores de conserjería. Ejemplos los hay a miles, pero eso no se les enseña a los jóvenes, no sea que pierdan el miedo a la libertad y comiencen a confiar en ellos mismos.

Con su pan se lo coman. Ahora bien, como todos los niños que vengan al mundo con mamás como la de esta campaña sindical se conviertan en funcionarios, dirigentes de ONG’s o miembros de grupos de presión subvencionados, no sé quién va a sacar adelante el país. Y no sé a usted, pero a mí ya me empiezan a doler las pelotas de trabajar para tanta gente.

Pablo Molina es miembro del Instituto Juan de Mariana.

NOTA DE BLOGERO:

Bueno, mis aportaciones personales al respecto. Si bien estoy de acuerdo en casi la totalidad del artículo, ya que considero que la sociedad actual sufre de falta de meritocracia, no estoy de acuerdo en la temática referente a la vivienda digna.

Los jóvenes no luchabamos por la adquisición de una vivienda digna, ni pedíamos al estado que se nos regalase dicha vivienda. Los jóvenes luchábamos contra los desorbitados precios, y las hipotecas a 50 años, dado que la relación sueldo-precio era tan dispar, que para poder adquirir lo mismo que nuestros padres precisábamos de sueldos de más de 12000 euros al més. Hoy en día se necesitan dos sueldos medios para poder adquirir una vivienda, de alquiler, o de compra, ya que con uno solo se hace imposible. Así mismo, con un sueldo, o dos sueldos mediocres (600 euros), tampoco es viable, ya que los alquileres de vivienda (que no de habitaciones), se alzan por encima de estos 600 euros.

El problema no es que queramos que nos regalen la vivienda. El problema son los desalmados que se han lucrado a costa de que nuestra generación no pueda adquirir un piso, no pueda salir de casa de los padres, y no pueda iniciar una vida adulta como ellos lo hicieron. Mis padres, como muchos otros, trabajaban y estudiaban a la vez. Ahora es imposible, por que con los precios tan altos, España se ha convertido en destino de ricos.

jueves, 14 de agosto de 2008

El Niño de Mi Vecina.

Era una bonita urbanización, de esas de clase media alta, en una buena zona, y repleta de chalettes adosados. Como el pueblecito era bastante joven, se apreciaba la presencia de niños pequeños por doquier, algunos recien nacidos, y otros no tan chicos. Al mismo tiempo que abundaban los niños, abundaba la estupidez de los nuevos ricos que vivían en la zona, cuya gilipoyez parecía no tener límites.

Llevo mucho tiempo viviendo allí, trabajando allí, y he visto de todo, desde gente agradable, hasta auténticos impresentables, cuyo ego desbordan por todos los rincones del lustroso todoterreno nuevo. En visos de una crisis económica, parece que la mengua de dinero incrementa la irracionalidad de las personas que viven aquí. No solo se ven cochazos en venta, si no que parece ser que desprenderse de ellos arranca una parte de su "clase". Una clase, añado, que solo ven ellos, pues yo no atisbo más que la mala educación de los petardos que encima se creen con más derechos que nadie por "tener dinero", o por "tener un Cayenne". El pobre coche no tiene la culpa de nada, salvo de no pasar largas temporadas en el taller para alejarse de los dueños.

En fin, opté por ignorar a los estúpidos de mis conciudadanos, y proseguir con mis propios intereses. He de admitir que soy una ferviente partidaria de los barrios-pueblo, donde todo el mundo se conocía, y nadie tenía más que nadie, por lo que, como una gran familia, era habitual la ayuda. Aquí no se ve nada de eso, todo el mundo envidia lo que tiene el otro, y trata de tener más, para sentirse mejor con ellos mismos, o a saber. Lo de ayudarse mutuamente está más que descartado, por supuesto, ya que, con suerte, no intentarán pisotearte y regocijarse en tus problemas, para sentirse mejor con su mísera vida de artificiales lujos.

En fin, estúpidos sin idea, cuyo único criterio a seguir es: "Si es más caro, es mejor".

Pero siguiendo la cuestión, entramos en los asuntos de lo que "molesta" a la gente (o debería decir; gentuza) esta. Todavía a día de hoy me río de la cara de mala leche de mi vecina, cuando me fui a quejar a su casa. Todo empezó en un día normal, pues como todos.

Da la casualidad de que adoro los animales, y yo misma financiaría una reserva natural en África (con el secreto anhelo de utilizar a estos habitantes como alimento para leones), de poder hacerlo. Tengo un precioso husky de grandes ojos azules, y pelo gris oscuro y blanco, que desde cachorrito ha sido un perro excelente. No obstante, el animal tiene la mala costumbre de ladrar cuando alguien pasa cerca de la puerta, o del jardín. Como es lógico, que al cabo del día ladre 4 veces no me supone mayor problema, es más, lo prefiero ya que así nos avisa de cualquier posible riesgo. En lo general, yo me confieso un tanto intolerante con los ruidos, y odio los perros que se pasan el día ladrando. Pero en este caso, no por ser mi perro, mi precioso husky era bastante calmado en lo referente a ruido.

El timbre sonó un día, y me encontré de bruces con la petarda de mi vecina de al lado. Era la típica imbecil que tenía un Mercedes CLK para ella, no por que el coche sea bonito (que lo es), si no por que es un Mercedes, por lo tanto es caro, por lo tanto es bueno. Tuve la mala suerte de que mi plaza de aparcamiento fuese la de al lado, por lo que mi Sonata, (un viejo cacharro de 10 años que saqué de un desguace para restaurar, solo por que me gustaba), al final duerme en la calle donde está más seguro, y no recibe golpes.

"Si?" pregunté, enarcando una ceja, intrigada.

"Que venía a decirte, que el perro molesta cuando ladra. Por que no le operas las cuerdas vocales?" dijo con una sonrisa más falsa que un billete de 3 euros.

"Por que no creo que el perro moleste, no ladra tanto, y además, me viene bien que me avise si alguien se acerca o entra en la casa. Para que lo quiero si no?" dije educadamente, aunque me entraron ganas de soltarle; que por que no se cortaba ella las cuerdas vocales y dejaba de decir estupideces.

"Bueno, comprende que no a todos nos gustan los perros, y yo no tengo por que estar aguantando a tu animal, cuando yo no tengo perro." dijo ella.

"Yo lo entiendo, pero el perro no molesta. Si fuese molesto, ya me habría encargado de ello." dije, incrédula.

"Bueno, yo solo te aviso. Como el perro siga molestando, tomaré medidas legales al respecto." dijo ella, con sequedad.

Se dio la vuelta, y se marchó. Esto era el colmo de la hipocresía, y la soplapoyez de los cretinos estos! Ahora resulta que el perro molesta. Lo cierto era que no era la primera vez que hacían muestras de desagrado hacia el perro, desde mojarle con la manguera, hasta gritarle, y dar golpes en la valla para asustarlo, o provocarlo. Total, que al final puse brezo por todos lados, por evitar que el animal mordiese, que ya se sabe, con las leyes "pro humanos" de este país, el culpable siempre es el perro, y no el gilipoyas que mete la mano en el jardín ajeno.

En fin, los días pasaron. El veranito, ya se sabe, la cervecita en la terraza a media tarde, el cantar de los pajarillos, mi perro husmeando junto al olivo, y... el cabrón del niño de la vecina pegando berridos como un venado. Ya vino el encantador chavalín de 5 años a fastidiarme la tranquilidad de la cerveza, y la intelectual conversación que mantenía con mi pareja.
Sus chillidos estridentes, su forma de hablarlo todo a voces, su malísima educación. Ya vi como el sauce se agitaba cuando al simpático chaval le dio por tirar de una de las ramas que se había colado en el jardín de al lado. El pobre arbol parecía suplicarme ayuda. Todo esto, por supuesto, mientras el crío se expresaba en el gutural idioma de Tarzán. El colmo fue cuando la pelota voló a mi jardín y cayó encima de la hortensia. A tomar por culo mis preciosas flores!

Me tomé la cerveza de un trago, suspirando fuertemente, y mirando a mi pareja con gesto de querer matar a alguien. Revivía la escueta conversación del otro día, cuando la vecina se quejó de que mi pobre perrillo molestaba. Dejando el botellín sobre la mesa de un seco golpe, me levanté y me fuí a casa de la vecina.

"Digame." dijo ella, al abrir la puerta.

"No, solo venía a decirle que su hijo acaba de estropear mi magnífica tarde de relax. No solo se ha dedicado a marear mi sauce joven, si no que me ha destrozado una preciosa hortensia, todo ello sazonado con sus estridentes y molestos gritos. A ver si lo educa un poquito mejor, y deja de molestar a los vecinos." dije yo, mostrando al igual que ella, una sonrisa viperina.

"Pero bueno!" dijo ella, claramente ofendida. "A que vienes tu a decirme como tengo que educar a mi hijo? Acaso te importa?"

"Bueno, dado el caso de que sus escandalosos berridos me resultan molestos, pues me veo en la situación de tener que comunicar mis quejas al respecto, al igual que usted me hizo saber de las suyas en lo referente a mi perro." le expliqué.

"Habrase visto, me vas a comparar un niño con un perro?" gritó exaltada.

"Bueno, pues dado que a mi no me gustan los niños, y el hecho de que no haya niños en mi casa lo demuestra, he de decir que la comparativa es clara. Por que he de aguantar yo los berridos y chillidos de su hijo, cuando a mi NO me gustan los niños?" expliqué.

"Pero no es lo mismo!" protestó ella.

"Ah, no? Veamos, yo tengo que operar a mi perro porque a vuesa merced le molesta que el animal ladre un poquito. Pero es que además de tener que mutilar a mi animal, tengo que aguantar como su chiquillo irrumpe en la paz de mi hogar con sus gritos? Pero claro, yo no puedo decir nada porque son niños, y los niños se tienen que respetar. Es decir, usted no puede hacer un esfuerzo en aguantar a mi animal, que es un santo, por que es un animal, pero yo tengo que hacer el tremendo intento de soportar a su hijo por que es un niño?" dije sacudiendo la cabeza.

"Pues si!" espetó ella.

"Pues no!" le respondí. "No me gustan los críos, por ende no tengo por que aguantarlos. Al igual que es mi labor intentar que el perro moleste lo menos posible (y ya lo hago, lo que pasa que usted es una ególatra prepopente, y se tiene que quejar por que sí). Usted está en su OBLIGACIÓN de criar correctamente a su retoño, y evitar que este moleste al resto de vecinos. No es cuestión de razas, señora, si no de educación." le expliqué.

Ella se quedó de una pieza, mirándome con estupefacción. No sé si realmente le caló hondo lo que dije, o sencillamente no comprendió mis divagaciones. Cuando estaba a punto de marchar, me acordé de otra cosa.

"Ah, a propósito. He tomado medidas legales para que se le asigne otra plaza de aparcamiento, una que no esté próxima a la mía. Ya está bien de estar pagando plaza de aparcamiento, y no poderla usar, por que usted es una inutil conduciendo, y cada vez que mueve el coche me abolla el lateral."

Aquello la debio joder, por que se quedó repentinamente pálida. Estuve a punto de reirme en su cara y decirle; A que jode cuando los vecinos también se quejan por cosas que molestan?

No se que pensará la imbecil de mi vecina de esto. Lo cierto es que meses despues yo tengo una plaza de garaje lejos de la suya, mi perro sigue con las cuerdas vocales intactas, y el mojigato del crío grita algo menos. Por lo menos he de decir que no ha vuelto a venir quejándose por gilipoyeces, y mira que la doy razones (a drede), con los Maiden.

sábado, 9 de agosto de 2008

TVE Estatal.

Apoteósica inauguración de los juegos olímpicos, Pekín 2008. Impresionante actuación de los grupos chinos en una magnífica metáfora de la historia china. Pensadísima preparación de la ceremonia, con cuidadísimos detalles, y una envidiable coordinación. El encendido de la llama olímpica, si bien no tan espectacular como la mítica Barcelona 92, fue un inesperado detalle, el ver al portador alzándose por los aires, mientras la pantalla mostraba imágenes de la ruta de la antorcha, y se escenificaba su paso por el mundo.

Todo ello visto únicamente a través de RTVE.

Todos nos quejamos, pese a su utilidad, de los constantes anuncios que se proyectan en la pantalla. Muchas veces nos molesta tardar 3 horas para ver hora y media de película. Sin embargo, los anuncios nos hacen sonreir, llorar, reir, bufar, y evocan un sin fin de emociones o pensamientos en nosotros.

Pero lo que me parece auténticamente vergonzoso es poner anuncios en un acto de envergadura mundial, proyectado en directo, cuando los diferentes países hacen desfilar a sus equipos y abanderados. No solo supone un tedio tener que sufrir anuncios de 4 minutos cada 5 minutos de desfile, con el resultado de que un año más me he perdido el desfile de mi país. Acaso no hay en España ciudadanos de otros países, que quieran ver con orgullo su bandera desfilar junto al equipo?

A mi parecer, supone un insulto a los países, ignorar su importancia, eligiendo quienes se ven, y quienes no se ven en pantalla. Negar del derecho de los ciudadanos extranjeros, por la supuesta mayor importancia de los anuncios, y de las empresas que pagan por ello. Una televisión estatal, cuando ocurren actos así, no deberían poner anuncios, ya que son ceremonias que a la gente gusta ver íntegras.

La solución a la que recurrimos tras una hora de aguantar semejante desplante, fue la de buscar la televisión alemana por el TDT, y así pudimos ver comodamente el desfile de los países. Pero para cuando eso pasó, ya habían desfilado mis compatriotas, así que me tuve que conformar con ver a los españoles haciendo el payaso ante las cámaras.

Buena Suerte, Deportistas!

domingo, 3 de agosto de 2008

El Falso Éxito.

Se habla hasta la saciedad del carné por puntos, del éxito que este ha supuesto. Mi primera entrada constaba de las medidas de rebajar la velocidad en las carreteras de circunvalación. Ahora me centraré en la gran polémica que ha suscitado durante años el mentado carné por puntos, y su supuesto éxito.

Por supuesto, tenemos que partir de la base de que el gobierno es un ente noble, y bueno, que se preocupa solo por nuestra seguridad, y quiere rebajar las cifras de muertos en las carreteras. He de decir que cualquier gobierno que logre rebajar las cifras de muertos conseguirá todo un éxito. Ahora, deberíamos preguntarnos cual es el coste al que están dispuestos a llegar para rebajar estas cifras.

La medida estrella del gobierno fue el carné por puntos. Sin embargo, la pregunta es si ha sido tan exitosa como se menciona. Ciertamente, cualquier reducción de los muertos es buena, pero considero que la forma de achacar el problema tiene serios sesgos en su planteamiento.

Es decir, tenemos un sistema que amenaza con quitarnos el carné, aquello por lo que hemos pagado cerca de 1000 euros, y muchos han pagado mucho más. Para recuperarlo es necesario someterse a unos exámenes por un coste superior a los 300 euros. Las multas son estandar, paga lo mismo el rico que el pobre, por lo que al pobre le hacen polvo, y el rico sigue corriendo, jactándose de su coche potente, y de su superior poder adquisitivo.

Pero no se han erradicado los puntos negros, es más, se ponen trabas supuestamente ecológicas a desdoblamientos de carreteras que son conocidas por su enorme siniestralidad. La gente se sigue matando en los mismos lugares, un 80% de ellos en carreteras comarcales, de doble sentido, con escasa visibilidad, y normalmente de noche. Gente joven, inexperta, en las fiestas de los pueblos, viajando bajo las consecuencias del alcohol, o de las drogas. Todo ello bajo la máxima de "esto no me va a pasar a mí". Hasta que te pasa...

Existen en España cientos de puntos confusos, señales de tráfico contradictorias, inexistentes, o ocultas por el follaje o por otras señales. Normas de tráfico que no sabes como seguir. Límites de velocidad oscilantes cada pocos metros, 100-80-100-80... te obliga a pegar acelerones, y frenadas, o a mantener los 80, por lo que te arriesgas a que otro que vaya más rápido te embista por alcance en un cambio de rasante, o en un punto con escasa visibilidad.

Por otro lado, este mismo sistema de señalización, añadido a los rádares, te supone un riesgo en los adelantamientos. Estos han de ser rápidos, limpios, y seguros, para no entorpecer al tráfico. Pero el miedo al rádar te obliga a adelantar con lentitud, sin superar el límite de 20 km/h permitido (por que los rádares tienen una tolerancia de 9 km/h frente al límite). Entorpeces al tráfico, te arriesgas a causar, o a ser parte de un accidente.

Ahora, el señor Pere Navarro, director general de la DGT, nos va a preguntar donde consideramos que deberían ponerse los rádares. Francamente, señor, tengo unas sugerencias para usted. Lo primero, los rádares deberían ir en puntos negros de las carreteras, en curvas peligrosas, y ante todo, en comarcales. No en las rectas de autovías donde hace 30 años que no ocurre ningún accidente.

La otra sugerencia es que deje su cargo a alguien que disponga de carné de conducir, ya que la visión de un conductor es diferente de la de un ciudadano que carece de este, al no verse sometido a la exigente (y absurda a veces) normativa de tráfico.

Los rádares no deberían ser una medida recaudatoria. Se deberían incluso erradicar los mismos, y ser sustituidos por cámaras que vigilen el tráfico, y multen no a aquellos que van a 140 en una vía de 5 carriles, limitada a 100, si no a aquellos que efectuen conducción arriesgada o temeraria, y que realmente pongan en peligro la seguridad de la gente. Ello serviría realmente para que la gente dejase de hacer el imbecil con el coche.

Por otro lado, propongo una asigatura de educación vial, para concienciar a los niños desde pequeños, (y que estos a su vez conciencien a los padres). Se les debe educar en los valores de la educación, el respeto, y la tolerancia al volante, asignatura pendiente en todas las autoescuelas. Hoy día existe la ley de la selva en la conducción, se debe ser más agresivo, más rápido, más fuerte, y tener el coche más grande que el otro, si no quieres que te coman. No existe respeto, ni tolerancia, no existe la educación, un factor fundamental en una conducción más segura.

Por otro lado, debería haber una inversión considerable en la construcción de ferrocarriles de cargo, para transportar los productos a traves de trenes, y así liberar la dependencia de un 85% del transporte por carretera. Los camiones causan gran parte de los muertos, dada su corpulencia y potencia, por lo que reducir considerablemente su existencia en las carreteras reduciría considerablemente las cifras de muertos.

Así mismo, ya que nos referimos a las cifras de muertos, y a su reducción. Se da el caso de que se comete el lamentable error de atribuirse solo al carné por puntos, en vez de buscar otras posibles influencias. Por ejemplo, que gran parte de los temerarios de las carreteras ya no se encuentran en ellas (por crudo que pueda sonar). Por ejemplo, y esta es la más lógica, por que los coches en los últimos 7 años han introducido métodos de seguridad en ellos, sacados de los coches de rally y de formula 1, como puedan ser el ESP, el ABS, las barras de acero laterales para proteger la cabina, las barras de acero verticales para evitar que se hunda el coche en caso de vuelque, etc...
Estas medidas de seguridad en los coches suponen una mayor protección de los habitantes del vehículo.

Por otro lado, no tenemos datos al respecto de los accidentes. Como decía en el otro post, considero que el miedo, la falta de atención en la carretera (al estar más pendiente del velocímetro), la tensión, la inexistencia de una conducción relajada por el temor a cometer infracciónes, y los monumentales atascos que se dan debido a la permanencia de vehículos en la vía durante más tiempo, suponen un aumento de golpes de chapa (choques de mínima importancia). Se debe fomentar la educación y el respeto, y la tolerancia, pero esto también por parte de la DGT, y del gobierno. Se debería dejar de atacar a los conductores como si nosotros fuésemos criminales, auténticos delincuentes culpables de todos los males, y fomentar más tolerancia (dentro de lo lógico), para que la conducción fuese más segura.

Deberíamos plantearnos si la presión psicológica que se ejerce sobre el conductor no pueda ser el desencadenante de muchos comportamientos agresivos, y temerarios. Un individuo, cuando está sometido a mucha tensión, puede saltar por cualquier lado. Un conductor está más que propenso a descargar esta tensión al volante, poniendose en riesgo él, y a todo el que está a su alrededor.

Por otro lado, no estoy del todo en desacuerdo con la medida de penalizar algunos delitos de conducción. El cafre que se pone a 200 supone un auténtico peligro, y aquel que es multado por una falta grave (alcohol, drogas, exceso CONSIDERABLE de velocidad...) y reincide, también ha de ser puesto al cargo de las autoridades. Son personas que no aprenden, hacen lo que quieren, y son peligrosos. Aquel que es avisado, e ignora deliberadamente los avisos, debe ser condenado por ello.
Yo, personalmente, soy partidaria de las retirada del vehículo durante meses para las faltas más graves, para aquellos que ejercen conducción temeraria, y que son incluso agresivos como personas. Así mismo, propondría un riguroso test psicotécnico que determinase si la persona en cuestión está capacitada para conducir un vehículo, y el tipo de vehículo que puede conducir, y así evitar que niñatos de 20 años conduzcan BMW o Mercedes muy potentes, y que individuos agresivos e irrespetuosos se planten en la carretera con todoterrenos.

Pero nuevamente nos ponemos en el punto en que no se puede contabilizar el riesgo de una persona mediante un radar. Diganme ustedes si aquel que es fichado circulando a 120 km/h en una carretera de 100 supone, realmente, el mismo peligro que alguien que circula a 80, con una tasa de 1.5 de alcohol en sangre (para los que no lo sepan, el límite está en 0.5). Se atribuyen los accidentes a la velocidad, sin embargo, la velocidad viene, normalmente, fomentada y acompañada de otros factores. Que causa el accidente? El alcohol que llevas? O la velocidad?
De no haberte deshinibido con alcohol, probablemente no se te habría ocurrido correr, por ende, la causa del accidente es el alcohol, no la velocidad.

Por otro lado, grandes factores de riesgo, que antes mencionaba, eran los camiones. Estos nunca harán saltar un rádar, dado que no superan la velocidad límite en la carretera. Sin embargo, son cientos y cientos de veces las que he podido ver como un camión se salta al carril izquierdo para adelantar, sin respetar a los vehículos que circulan por la vía. Para evitar la colisión con un vehículo de semejantes dimensiones te ves obligado a pegar un frenazo, con el riesgo antes mencionado de accidente por alcance. Estos camioneros adelantan a marcha lenta, poniendo en riesgo la seguridad de los conductores, suponiendo una enorme molestia (dado que la mayoría adelanta al que va a 90 para ponerse delante a 91), y ocasionando atascos. Los camiones son peligroso (en gran número, los hay que no), pero a ellos no los ficha ningún rádar, ni similares, al no superar el límite establecido.

Ya que hablamos de los límites, deberíamos tener en cuenta que estos han de ser creibles. Por hacer una comparativa, una comarcal que conozco, de un carril para cada sentido, sin arcenes, limitada a 90. La M-40, conocida por todos, 5 carriles para cada sentido, limitada a 100-80. En la comarcal no hay rádares, pero es tal que la gente no supera el límite. Es un límite creible. La M-40, plagada de rádares, fuente de multas e ingresos cuantiosos para las arcas estatales (que no se reinvierten en mejorar las vías, si no en poner más rádares). La gente aquí si supera los límites, por ser poco creibles, y por seguridad (si, señores, circular a 80 es peligros, lo he constatado).

Pero ya para terminar con el dato que más me ha impresionado respecto a la siniestralidad. Las cifras han sufrido un descenso debido a otro factor, este mucho más escalofriante y terrorífico. La erradicación de las cifras a todo aquel herido que fallece después de 24 horas de haber ocurrido el accidente en cuestión, y sacar a todo aquel fallecido en nucleo urbano de las estadísticas oficiales. Teniendo en cuenta que en ciudad se producen alrededor de un 20% de los accidentes (un 5% en autovía, y un 1% en autovía de peaje, curiosamente donde más se corre), la reducción de muertos en las cifras oficiales es considerable. Así mismo, la cantida de heridos que fallecen horas despues es cuantiosa.

Por lo que, a efectos estadísticos, el carné por puntos ha sido un rotundo éxito.