http://hillary-cw.deviantart.com/art/arguing-passionately-88829412La imagen no me pertenece, y está sometida al copyright del artista linkeado arriba.
El otro día, discutía con una amiga sobre la libertad de expresión de Estados Unidos. Supuestamente, una conocida suya, politóloga (cuya buena instrucción es más que discutible, dado que decía que nuestra social democracia es la perfección del comunismo), decía que en dicho país se censura la libertad de expresión, y se prohiben los partidos comunistas. De hecho no es así, pero si es cierto que no está bien visto.
Puede que tener las cabezas nucleares de los balísticos soviéticos apuntando a tu país, incida en algo respecto a esa opinión. O el hecho de que a día de hoy no conozco ningún comunismo democrático. O quizá el hecho de que líderes comunistas como el eternizado Norcoreano viven en una locura fantástica y peligrosa. Sea como fuere, no me parece mal que ciertas prácticas estén mal vistas.
A mi parecer, considero que España sufre de un exceso de libertad de expresión, que trae más desventajas que ventajas. Se olvida la máxima de que tu libertad termina donde empieza la mía, y se permiten todos los puntos de vista, independientemente de lo ofensivos que puedan resultar. Es tan despreciable un personaje como Jimene de Losantos, como la señora Maria Antonia Iglesias, cuyos conocidos apodos me niego a reproducir, al igual que esa agradable periodista del País (de cuyo nombre no me acuerdo), que textualmente llamó Gilipoyas a los votantes del PP en un artículo de opinión en tan "riguroso" periódico.
Sin embargo, en vez de ser condenables estas manifestaciones de buena educación, buen estar, y buen talante, se mediatizan, se hacen programas invitando a tan deleznables criaturas, para que den el espectáculo que todos esperan ver, una guerra de gallos y cotorras, donde se manifiesta que la razón la tiene el que sepa insultar mejor, interrumpir más, y berrear como verduleros. Se lanzan en todos los medios de comunicación, para que nuestros cachorrillos indefensos mamen bien de las leches de la sutil y sofisticada diplomacia española, de la elitista y agradable conversación entre cultos y académicos.
Así mismo, en una total falta de respeto, en un increible descaro y mal gusto, se mediatizan las opiniones de una persona psicológicamente enferma, ante la paliza que su marido ha propinado a un inocente que acudió en su ayuda. Ante el sufrimiento de una familia, a esta señora se le paga, por hacer entrevistas en revistas y programas del corazón, llamando al salvaje de su esclavista "bella persona", mientras acusa al noble profesor Neira de ser el culpable de su estado, por meterse en una "discusión de pareja".
En vez de condenarse, repugnados como estábamos todos ante tan deleznable y lamentable espectáculo, se le da publicidad a esta señora, y a su ancestral dueño (pues me niego a llamarlo persona).
Acercándome a la temática política, se están permitiendo actos, partidos, y comentarios de lo más ofensivos, falsamente llamados Libertad de Expresión. No es acaso menos democrática Alemania por no permitir simbología Nazi, pese al origen budista y celta de la Svastica.
Pero quemar banderas y fotografía no es libertad de expresión. Es un acto ofensivo, ya que me gustaría a mi ver que me hacen esos catalanes si quemo la bandera de Cataluña, o si quemo la foto de bodas de sus padres. No sería acaso ofensivo para ellos?
Permitir partidos con conocidos contactos terroristas no es libertad de expresión, es dar armas a aquellos que cohartan la misma libertad, y el derecho a la vida, con el uso de balas y bombas.
Insultar deliberadamente a 10 millones de votantes, de uno u otro partido (pues perlas he oído de ambos bandos), no es libertad de expresión, es insulto.
Insultar a un presidente elegido democráticamente, llamándolo asesino, fascista, y determinar que sus ocho años fue un paréntesis en la democracia, eso no es libertad de expresión, es atacar a ese hombre, y a todas las personas (la mitad de la población), que lo apoyaron, y que pusieron su fe en él.
Utilizar incorrectamente el término fascista para designar a personas con una ideología conservadora, no es libertad de expresión, es un insulto.
Podría elaborar una interminable lista de incorrecciones mal llamadas libertad de expresión, pero me ocuparía demasiado tiempo. Que nos hace ser tan débiles, tan blandos, a la hora de manifestar una censura ante ciertos tipos de hechos?
Mi deducción es que nuestra reciente dictadura, donde se cohartaban las ideas políticas, nos ha hecho dar un giro hacia un extremismo radical de supuesta libertad de expresión, en la que no se respeta al ente ajeno, dado que yo tengo un derecho de expresar mis ideas. Así pues, se pisotea al otro por el simple hecho de manifestar ideas contrarias, en un complejo de joven democracia en la cual debemos manifestar nuestras ideas, sean cuales sean, sin importarnos los demás.
Debemos aprender a dejar de lado nuestros complejos, volvernos verdaderamente respetuosos (puesto que el respeto es ese gran don del que carece la población española), respetar a los demás y sus ideas, siempre y cuando estas sean coherentes con lo correcto y lo educado.
































































