jueves, 31 de julio de 2008

El Vecino Público.

Mañana sale de la carcel uno de los hombres que más han dado que hablar en el país. Uno de los asesinos más sanguinarios de la banda terrorista ETA.

Dicen que ha cumplido su pena, una media de 8 meses por cada asesinado. Cada vida que este individuo ha esquilmado, cada hálito que ha robado, cuesta la friolera suma de 8 miseros meses en la carcel. 25 vidas, 25 seres humanos, con rostro y nombre, con historias, con ahelos y miedos, con familias y deseos, y que ya no tendrán oportunidad de cumplir o de sentir todas aquellas emociones que los hacía sentirse vivos.

Ante todo, son hombres y mujeres que no comprenden los objetivos de estos seres, las razones que impulsan sus actos atroces, propios de una sociedad tribal, arcaica, y salvaje, que sacrifican la sangre inocente de a quien nada importa los valores del fantasma nacionalista, reivindicando por la vía del terror el poder sobre la sombra de una tierra muerta hace milenios. Hombres y mujeres que eligieron sus trabajos, que querían proteger a la gente, cumplir con sus objetivos, guardia civíles la mayoría, y que se convirtieron en objetivos inocentes de aquellos que luchan desde el fuego de la bomba, y la sombra de un pasamontañas.

Estos hombres, con nombres y rostros, son:

- Vicente Romero. Coronel.
- Juan García Jiménez. Soldado.
- Esteban del Amo. Artificiero de la policía nacional.
- Fausto Escrigas Estrada. Vicealmirante.
- Eugene Kent Brown. Transeunte norteamericano.
- Juan Carlos González. Guardia Civil.
-Vicente Javier Dominguez. Guardia Civil.
- Juan José Catón Vázquez. Guardia Civil.
- Juan Mateo Pulido. Guardia Civil.
- Alberto Alonso Gómez. Guardia Civil.
- Ricardo Sáenz de Ynestrillas. Comandante.
- Carlos Vesteiro Pérez. Teniente Coronel.
- Francisco Casillas Martín. Soldado.
- Jesus María Freixes. Guardia Civil.
- Santiago Iglesias Rodino. Guardia Civil.
- Carmelo B. Álamo. Guardia Civil.
- Miguel A. Cornejo Ros. Guardia Civil.
- José Calvo Gutiérrez. Guardia Civil.
- Andrés José Fernández Pertierra. Guardia Civil.
- Antonio Lancharro Reyes. Guardia Civil.
- José Joaquí García Ruíz. Guardia Civil.
- Jesus Gimeno Gimeno. Guardia Civil.
- Juan Ignacio Calvo Guerrero. Guardia Civil.
- Javier Esteban. Guardia Civil.
- Angel de la Higuera López. Guardia Civil.

25 hombres, 25 historias, cientos de víctimas colaterales, entre familiares, parejas, amigos, y compañeros. El Asesino sale de la carcel, puede seguir adelante, iniciar una nueva vida. Pero es ese mismo Asesino quien no dejó que estos 25 hombres y sus allegados tengan la oportunidad de iniciar una nueva vida, de casarse, tener hijos, nietos, sobrinos, ver la graduación de sus hermanos menores, y continuar con la historia de sus vidas. Estas víctimas vieron sus oportunidades sesgadas por los atroces actos provocativos de una banda que no lucha por la patria Vasca, ni por los Vascos, si no en contra de la libertad, de la igualdad, y de la democracia, luchan en un intento fascista de imponer su retorcida visión de Euskadi, a golpe de terror, y a golpe de expulsar a todo vasco (por que si, señores, son vascos también) que no comparta esos ideales absolutistas.

Quizá la mayor aberración sea que muchas de las víctimas ahora compatirán la puerta y el portal con el Asesino que les arrebató a sus seres queridos. Puede que la justicia se haya cumplido, y que este individuo salga de la carcel. Ahora, que justicia espera a las víctimas de este Asesino? Acaso no existe la justicia para ellos, el leve y frágil consuelo de no tener que vivir con el Asesino en su portal? En su calle? De no tener que cruzarte con el odiado rostro, que persigue sus pesadillas más horrendas? Acaso hay justicia para ellos?

La lamentable respuesta es NO. Tendrán que huír en las sombras, como víctimas de una guerra que no comparten ni comprenden, víctimas de un sistema que no se preocupa más que de los costes políticos, y de los aliados antidemócratas, de una constitución que cedió demasiado a unos partidos fascistas, y de una sociedad dividida, en la cual la democracia representativa no se cumple.
Y en pensamiento personal, debo decir que este es el mundo de tinieblas, donde las más oscuras criaturas se ocultan en las sombras, y luchan una guerra aparte de la humanidad. El mundo de tinieblas, finalmente, ha llegado al mundo de los ingénuos humanos.

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