domingo, 3 de agosto de 2008

El Falso Éxito.

Se habla hasta la saciedad del carné por puntos, del éxito que este ha supuesto. Mi primera entrada constaba de las medidas de rebajar la velocidad en las carreteras de circunvalación. Ahora me centraré en la gran polémica que ha suscitado durante años el mentado carné por puntos, y su supuesto éxito.

Por supuesto, tenemos que partir de la base de que el gobierno es un ente noble, y bueno, que se preocupa solo por nuestra seguridad, y quiere rebajar las cifras de muertos en las carreteras. He de decir que cualquier gobierno que logre rebajar las cifras de muertos conseguirá todo un éxito. Ahora, deberíamos preguntarnos cual es el coste al que están dispuestos a llegar para rebajar estas cifras.

La medida estrella del gobierno fue el carné por puntos. Sin embargo, la pregunta es si ha sido tan exitosa como se menciona. Ciertamente, cualquier reducción de los muertos es buena, pero considero que la forma de achacar el problema tiene serios sesgos en su planteamiento.

Es decir, tenemos un sistema que amenaza con quitarnos el carné, aquello por lo que hemos pagado cerca de 1000 euros, y muchos han pagado mucho más. Para recuperarlo es necesario someterse a unos exámenes por un coste superior a los 300 euros. Las multas son estandar, paga lo mismo el rico que el pobre, por lo que al pobre le hacen polvo, y el rico sigue corriendo, jactándose de su coche potente, y de su superior poder adquisitivo.

Pero no se han erradicado los puntos negros, es más, se ponen trabas supuestamente ecológicas a desdoblamientos de carreteras que son conocidas por su enorme siniestralidad. La gente se sigue matando en los mismos lugares, un 80% de ellos en carreteras comarcales, de doble sentido, con escasa visibilidad, y normalmente de noche. Gente joven, inexperta, en las fiestas de los pueblos, viajando bajo las consecuencias del alcohol, o de las drogas. Todo ello bajo la máxima de "esto no me va a pasar a mí". Hasta que te pasa...

Existen en España cientos de puntos confusos, señales de tráfico contradictorias, inexistentes, o ocultas por el follaje o por otras señales. Normas de tráfico que no sabes como seguir. Límites de velocidad oscilantes cada pocos metros, 100-80-100-80... te obliga a pegar acelerones, y frenadas, o a mantener los 80, por lo que te arriesgas a que otro que vaya más rápido te embista por alcance en un cambio de rasante, o en un punto con escasa visibilidad.

Por otro lado, este mismo sistema de señalización, añadido a los rádares, te supone un riesgo en los adelantamientos. Estos han de ser rápidos, limpios, y seguros, para no entorpecer al tráfico. Pero el miedo al rádar te obliga a adelantar con lentitud, sin superar el límite de 20 km/h permitido (por que los rádares tienen una tolerancia de 9 km/h frente al límite). Entorpeces al tráfico, te arriesgas a causar, o a ser parte de un accidente.

Ahora, el señor Pere Navarro, director general de la DGT, nos va a preguntar donde consideramos que deberían ponerse los rádares. Francamente, señor, tengo unas sugerencias para usted. Lo primero, los rádares deberían ir en puntos negros de las carreteras, en curvas peligrosas, y ante todo, en comarcales. No en las rectas de autovías donde hace 30 años que no ocurre ningún accidente.

La otra sugerencia es que deje su cargo a alguien que disponga de carné de conducir, ya que la visión de un conductor es diferente de la de un ciudadano que carece de este, al no verse sometido a la exigente (y absurda a veces) normativa de tráfico.

Los rádares no deberían ser una medida recaudatoria. Se deberían incluso erradicar los mismos, y ser sustituidos por cámaras que vigilen el tráfico, y multen no a aquellos que van a 140 en una vía de 5 carriles, limitada a 100, si no a aquellos que efectuen conducción arriesgada o temeraria, y que realmente pongan en peligro la seguridad de la gente. Ello serviría realmente para que la gente dejase de hacer el imbecil con el coche.

Por otro lado, propongo una asigatura de educación vial, para concienciar a los niños desde pequeños, (y que estos a su vez conciencien a los padres). Se les debe educar en los valores de la educación, el respeto, y la tolerancia al volante, asignatura pendiente en todas las autoescuelas. Hoy día existe la ley de la selva en la conducción, se debe ser más agresivo, más rápido, más fuerte, y tener el coche más grande que el otro, si no quieres que te coman. No existe respeto, ni tolerancia, no existe la educación, un factor fundamental en una conducción más segura.

Por otro lado, debería haber una inversión considerable en la construcción de ferrocarriles de cargo, para transportar los productos a traves de trenes, y así liberar la dependencia de un 85% del transporte por carretera. Los camiones causan gran parte de los muertos, dada su corpulencia y potencia, por lo que reducir considerablemente su existencia en las carreteras reduciría considerablemente las cifras de muertos.

Así mismo, ya que nos referimos a las cifras de muertos, y a su reducción. Se da el caso de que se comete el lamentable error de atribuirse solo al carné por puntos, en vez de buscar otras posibles influencias. Por ejemplo, que gran parte de los temerarios de las carreteras ya no se encuentran en ellas (por crudo que pueda sonar). Por ejemplo, y esta es la más lógica, por que los coches en los últimos 7 años han introducido métodos de seguridad en ellos, sacados de los coches de rally y de formula 1, como puedan ser el ESP, el ABS, las barras de acero laterales para proteger la cabina, las barras de acero verticales para evitar que se hunda el coche en caso de vuelque, etc...
Estas medidas de seguridad en los coches suponen una mayor protección de los habitantes del vehículo.

Por otro lado, no tenemos datos al respecto de los accidentes. Como decía en el otro post, considero que el miedo, la falta de atención en la carretera (al estar más pendiente del velocímetro), la tensión, la inexistencia de una conducción relajada por el temor a cometer infracciónes, y los monumentales atascos que se dan debido a la permanencia de vehículos en la vía durante más tiempo, suponen un aumento de golpes de chapa (choques de mínima importancia). Se debe fomentar la educación y el respeto, y la tolerancia, pero esto también por parte de la DGT, y del gobierno. Se debería dejar de atacar a los conductores como si nosotros fuésemos criminales, auténticos delincuentes culpables de todos los males, y fomentar más tolerancia (dentro de lo lógico), para que la conducción fuese más segura.

Deberíamos plantearnos si la presión psicológica que se ejerce sobre el conductor no pueda ser el desencadenante de muchos comportamientos agresivos, y temerarios. Un individuo, cuando está sometido a mucha tensión, puede saltar por cualquier lado. Un conductor está más que propenso a descargar esta tensión al volante, poniendose en riesgo él, y a todo el que está a su alrededor.

Por otro lado, no estoy del todo en desacuerdo con la medida de penalizar algunos delitos de conducción. El cafre que se pone a 200 supone un auténtico peligro, y aquel que es multado por una falta grave (alcohol, drogas, exceso CONSIDERABLE de velocidad...) y reincide, también ha de ser puesto al cargo de las autoridades. Son personas que no aprenden, hacen lo que quieren, y son peligrosos. Aquel que es avisado, e ignora deliberadamente los avisos, debe ser condenado por ello.
Yo, personalmente, soy partidaria de las retirada del vehículo durante meses para las faltas más graves, para aquellos que ejercen conducción temeraria, y que son incluso agresivos como personas. Así mismo, propondría un riguroso test psicotécnico que determinase si la persona en cuestión está capacitada para conducir un vehículo, y el tipo de vehículo que puede conducir, y así evitar que niñatos de 20 años conduzcan BMW o Mercedes muy potentes, y que individuos agresivos e irrespetuosos se planten en la carretera con todoterrenos.

Pero nuevamente nos ponemos en el punto en que no se puede contabilizar el riesgo de una persona mediante un radar. Diganme ustedes si aquel que es fichado circulando a 120 km/h en una carretera de 100 supone, realmente, el mismo peligro que alguien que circula a 80, con una tasa de 1.5 de alcohol en sangre (para los que no lo sepan, el límite está en 0.5). Se atribuyen los accidentes a la velocidad, sin embargo, la velocidad viene, normalmente, fomentada y acompañada de otros factores. Que causa el accidente? El alcohol que llevas? O la velocidad?
De no haberte deshinibido con alcohol, probablemente no se te habría ocurrido correr, por ende, la causa del accidente es el alcohol, no la velocidad.

Por otro lado, grandes factores de riesgo, que antes mencionaba, eran los camiones. Estos nunca harán saltar un rádar, dado que no superan la velocidad límite en la carretera. Sin embargo, son cientos y cientos de veces las que he podido ver como un camión se salta al carril izquierdo para adelantar, sin respetar a los vehículos que circulan por la vía. Para evitar la colisión con un vehículo de semejantes dimensiones te ves obligado a pegar un frenazo, con el riesgo antes mencionado de accidente por alcance. Estos camioneros adelantan a marcha lenta, poniendo en riesgo la seguridad de los conductores, suponiendo una enorme molestia (dado que la mayoría adelanta al que va a 90 para ponerse delante a 91), y ocasionando atascos. Los camiones son peligroso (en gran número, los hay que no), pero a ellos no los ficha ningún rádar, ni similares, al no superar el límite establecido.

Ya que hablamos de los límites, deberíamos tener en cuenta que estos han de ser creibles. Por hacer una comparativa, una comarcal que conozco, de un carril para cada sentido, sin arcenes, limitada a 90. La M-40, conocida por todos, 5 carriles para cada sentido, limitada a 100-80. En la comarcal no hay rádares, pero es tal que la gente no supera el límite. Es un límite creible. La M-40, plagada de rádares, fuente de multas e ingresos cuantiosos para las arcas estatales (que no se reinvierten en mejorar las vías, si no en poner más rádares). La gente aquí si supera los límites, por ser poco creibles, y por seguridad (si, señores, circular a 80 es peligros, lo he constatado).

Pero ya para terminar con el dato que más me ha impresionado respecto a la siniestralidad. Las cifras han sufrido un descenso debido a otro factor, este mucho más escalofriante y terrorífico. La erradicación de las cifras a todo aquel herido que fallece después de 24 horas de haber ocurrido el accidente en cuestión, y sacar a todo aquel fallecido en nucleo urbano de las estadísticas oficiales. Teniendo en cuenta que en ciudad se producen alrededor de un 20% de los accidentes (un 5% en autovía, y un 1% en autovía de peaje, curiosamente donde más se corre), la reducción de muertos en las cifras oficiales es considerable. Así mismo, la cantida de heridos que fallecen horas despues es cuantiosa.

Por lo que, a efectos estadísticos, el carné por puntos ha sido un rotundo éxito.

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